CONFLICTO PATRICIOS Y PLEBEYOS
Los patricios conformaban una clase romana formada inicialmente por el
padre de familia (Pater familias) o bien por hijo de padre de familia
vinculado a la obediencia paterna (los hijos varones no alcanzaban la
condición de padre de familia hasta que el padre moría y se
independizaban, pero se daba por descontado que alcanzarían esta
condición). Se les llamaba también Patres. Estos Patres y sus
descendientes que componen las personas de las treinta curias primitivas
forman la clase de los patricios, «patricii». Ellos constituyen una
nobleza de raza y ellos solos participan del gobierno del Estado y gozan
de todos los privilegios del ciudadano romano. Eran los descendientes
de las familias más antiguas de la ciudad. Constituían la clase
aristocrática y formaban el verdadero pueblo romano. Eran considerados
superiores al resto de los habitantes, gozaban de todos los derechos,
poseían tierras y eran los llamados a formar parte del ejército romano,
la Legión.
Todos aquellos hombres libres que no eran patricios, eran plebeyos. De
todos modos, el término en sí era de una gran extensión pues entre los
plebeyos existían situaciones muy diferentes a todos los niveles;
prácticamente desde la fundación de la ciudad se detecta la presencia de
extranjeros asentados por diversos motivos; fundamentalmente atraídos
por la prosperidad de la ciudad, gran cantidad de mercaderes y artesanos
libres confluyen desde las comarcas cercanas, desde las ciudades de la
Magna Grecia e, incluso, desde las ciudades-estado metropolitanas de la
Hélade. Muchos de ellos eran, sin duda, ricos mercaderes. El hecho de
que estas gentes no patricias se vieran marginadas y carecieran de
ciertos derechos civiles (por ejemplo carecían de derecho a votar), fue
consecuencia de múltiples enfrentamientos patricios-plebeyos, haciendo
que fueran tomando conciencia de clase, que ellos mismos se reconocieran
plebeyos, se coaligaran sin tener en cuenta el nivel de riqueza y se
unieran en una lucha reivindicativa de las aspiraciones de todos ellos.
Pero sólo al comienzo de la República es cuando se constituyen como un
grupo organizado en el que todos reconocían un elemento común: su no
pertenencia al patriciado, al margen de su fortuna o su pobreza. A ellos
se les une otro sector social, el de los proletarios (proletarii), el
elemento más marginal o inferior de la población romana.
En el siglo V a. C., el poder era detentado por los patricios, siendo
conocido como el Estado Gentilicio. Bajo este tipo de gobierno la plebe
quedaba excluida del gobierno y carecía de derechos políticos. Así, en
la primera etapa de la República no todos los ciudadanos tenían igualdad
de derechos y deberes. El grupo aristocrático que arrebató el poder al
rex -monarca- organizó el nuevo sistema en beneficio propio, abundando
en esta época las luchas entre los propios patricios por el poder
personal. Este confuso período dio origen a la implantación de la
Dictadura y los distintos jefes militares trataron de alcanzar el poder
apoyándose unas veces en la plebe y, otras, en la fuerza de las armas o
en la invasión de Roma por pueblos enemigos. Además, los plebeyos
exigieron que las leyes sean conocidas o cognoscibles por todos los
habitantes y no únicamente por los patricios (quienes las invocaban,
manipulaban o inventaban a su voluntad); reclamo cuya satisfacción fue
el origen de las denominadas Leyes de las XII Tablas.
Este tipo de gobierno fue la causa de una lucha de los plebeyos para
conseguir derechos políticos y que duró hasta finales del siglo IV a.
C., ya que los magistrados, cónsules y senadores, todos ellos patricios,
no estaban dispuestos a conceder, y a su vez, las nuevas asambleas, los
comicios centuriados, estaban dominadas por los terratenientes ricos,
también de origen patricio.
Para obtener una igualdad con los patricios, los plebeyos se retiraron
al Aventino y lograron que en el año 494 a. C. se creara el cargo de
Tribuno de la plebe, en número de dos y que tenían como misión la
defensa de los plebeyos. Progresivamente, los plebeyos tuvieron acceso a
todas las magistraturas. La igualdad de todos ante la ley fue
codificada por la ley de las Doce tablas a mediados del siglo V a. C.
Asimismo, hacia el final de la República se autorizo el matrimonio legal
entre patricios y plebeyos (antes, únicamente podían unirse en
concubinato).
No hay comentarios:
Publicar un comentario